España es demasiado ignorante, tanto como para no querer aprender de sus propios errores. Tanto como para olvidar los pasos que seguimos para desembocar en la crítica situación económica y social en la que nos encontramos.
Tanto como para acabar con los últimos paraísos que quedan en este maltratado país, de la única manera que sabe, a base de cemento y ladrillo. Esa es la filosofía de España, bien aprendida y tan adherida a nuestra piel que no se nos ocurren mejores soluciones para sacar la cabeza del agua.
España vuelve a sus orígenes, ¿estamos dispuestos a consentirlo?
Salvemos este paraíso y nos estaremos salvando a nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario