miércoles, 26 de septiembre de 2012

UNA NORMALIDAD QUE EXASPERA

Distinguidas Señorías, señores diputados del Congreso, estimados representantes del pueblo; no puedo menos que felicitarles por la magnífica labor que realizaron ayer tarde. En unas condiciones poco propicias ustedes supieron actuar de manera loable y admirable llevando a cabo su trabajo con absoluta normalidad.
Parapetados y aislados, así han llegado a describirlo. Efectivamente ustedes estaban completamente aislados en su propia normalidad y rutina mientras la calle rugía. Esa calle llena del mismo pueblo al que ustedes se acercan cuando van rascando votos en época de campaña y ayer evitaban acobardados.
Su "normalidad" consistió en que los 50 diputados, de los 350 que deben acudir al Congreso, ignoraron lo que sucedía en el exterior, es decir, lo mismo que hacen siempre. 
¿Hasta cuándo creen que vamos a poder seguir aguantándolo? 


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