domingo, 11 de noviembre de 2012

DECLARACIÓN DE AMOR

Los políticos, como habitualmente se suele decir, están hechos de otra pasta, de lo contrario sería incomprensible entender sus comportamientos, sus actitudes o sus declaraciones, de las cuales se desdicen con la misma rapidez que olvidan que un día las dijeron. 
Ahora el PP ha realizado una campaña que ha llamado mi atención sobremanera; una campaña política con su correspondiente desembolso pecuniario, en la que declaran su profundo amor por los catalanes. Perdón si no me levanto a aplaudir semejante hazaña, pero es que aún no he podido reaccionar. 
Declaran abiertamente su amor por los habitantes de una de nuestras comunidades alegando que: "Los catalanes hacen cosas" o " Echo de menos el pan tumaca". Hasta ahora estaba completamente convencida de que los catalanes hacen tantas cosas como puedan hacerlas los murcianos, los riojanos o los andaluces y de que no sé cómo se puede echar de menos el pan tumaca, cuando en el resto del país también existe el pan y el tomate, pero se ve que vivo en un inmenso error. 
Esta estrategia política roza la ridiculez, degradando la inteligencia del ciudadano ya sea digno de ser amado por el PP o no.
Hacen ostentanción del esperpento, salvando las distancias con su máximo representante en nuestra literatura española, Valle-Inclán. Pero haciendo uso de la que él definió como la tercera forma de ver el mundo que no era otra sino mirarlo desde un plano superior, considerando a los personajes de la trama como seres inferiores al autor, con un punto de ironía.
Ironía, desde luego, no les falta para plantarse delante de una cámara y pronunciar discursos vacuos e infantiles, carentes de sentido y lo que es más, carentes de ese amor del que quieren convencer a los catalanes.
En vez de gastarse el dinero en tal declaración falsa e irrisoria, deberían ir casa por casa de cada uno de todos los españoles agradeciéndonos sus sueldos y su estado de bienestar, mientras nosotros intentamos sobrevivir sin que nadie nos quite la dignidad. 
Esa sí que sería una verdadera declaración de amor. Amor a la honestidad. 


4 comentarios:

  1. Hola Mónica, no creo que tenga que agradecer a ningún catalán, a los cuales respeto mucho, mi sueldo, ni mi estado de bienestar, los cuales me he ganado con mucho esfuerzo. Todo lo contrario, algún año he aportado mi conocimiento para desarrollar proyectos en tu tierra y lo he hecho lo mejor que he podido, ( entre ellos dar cobertura rural GSM a pueblos de menos de 1000hab en Cataluña, o colaborar en el proyecto de televisión digital en el norte de España( entre los que se incluian muchos pueblos de Cataluña). Recibí el calor de mucha gente en los pueblos, a los cuales siempre estaré agradecido, al igual que he recibido el calor en mis actividades profesionales en otros pueblos de la península y en el extranjero. Por otro lado, gracias por tus reflexiones. Saludos, Oscar ( un Ponferradino )

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  2. Hola Oscar, como bien dices no es cuestión de agradecer nuestras respectivas subsistencias a la existencia de los catalanes, o de los vascos, o de los extremeños. De ahí que me rechinara sobremanera la campaña política del PP para las elecciones en Cataluña, con su ridícula "Declaración de amor".
    Hemos de suponer que a partir de ahora harán lo mismo para el resto de Comunidades, ¿o no seremos merecedores el resto de que los populares echen de menos el gazpacho andaluz, los pintxos vascos o la fabada asturiana? ¿No "hacemos cosas"?
    Gracias a ti también por tus reflexiones.
    Saludos de una gaditana.

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  3. Disculpa Mónica, me he dado cuenta que no leí ni entendí correctamente tu primer mensaje. Disculpa el error. No tengas celos en que declaren el amor a otra comunidad:-), los politicos tienen amor para todos... Disfruto mucho recorriendo la janda, benalup, etc.., que bonita es tu tierra! Un saludo

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  4. Me alegro de que disfrutes tanto por tierras gaditanas, se bienvenido todas las veces que vengas; que con esos amores libres e incondicionales por nuestros diversos rincones geográficos ya tenemos bastante,y nos sobran esos amores interesados y ficticios de quienes poco nos quieren, y mucho nos roban.

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