miércoles, 24 de abril de 2013

EL RUIDO DE LOS LIBROS

Resulta curioso que tras celebrar el Día del Libro, consecutivamente en el calendario le siga el Día del Ruido. Y negando la evidencia demostrada que este día reclama la necesidad del respeto al silencio, propio y ajeno; me gustaría pensar que hoy el único sonido que se escuche sea el sigiloso roce de las páginas al pasar, de los recién estrenados libros que recibimos ayer. Los hogares, llenos de murmullos mascullados, entre párrafo y párrafo. El aleteo de las pestañas moviéndose convulsivamente entre vocal y consonante, al compás de la danza aprendida del movimiento de los dedos deslizándose por el canto de los libros. El imperceptible rumor del cuerpo estirándose para adoptar la postura más cómoda y alojar la lectura en un regazo que respira acompasado, dejando escapar suspiros de acordes perfectos para acompañar la lectura. Las calles, tranquilas como tardes de domingo, con lectores presurosos por llegar a sus casas y refugiarse en las historias que llevan todo el día esperándolos, pacientes, sobre las mesitas de noche. Distraídas las mentes de cualquier ruido proveniente de la rutina y escuchando, tan solo, las palabras alojadas en las páginas y que cobran voz propia en nuestro interior. Palabras evocadoras, revulsivas, sugerentes, subversivas, políticamente incorrectas, inocuas, intrascendetes unas, trascendentales otras, impropias o triviales; pero todas y cada una capaces de hacer tanto ruido como nosotros realmente queramos. 

1 comentario:

  1. Aplauso de sordomudos para no quebrar la atmósfera de tu escrito con sonoras ovaciones. Me voy a dislocar las muñecas de tanto girar las palmas de mis manos.

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