Dentro de los muy pensados y elaborados, recién estrenados Presupuestos Generales; el gobierno ha tenido a bien dar cabida, hacer hueco, para todo aquel dinero desfalcado, defraudado, evadido a ese fisco que antes le perseguía y ahora les concede el perdón. Una amnistía en favor de que las muy precarias arcas públicas se vean beneficiadas de dinero negro.
Los defraudadores a Hacienda tienen permiso para salir de su escondite y campar a sus anchas con el beneplácito de los supremos gobernantes.
Quizás de ahí nace la necesidad por poseer unas Vegas en España y poder disponer, a partir de ahora, de un lugar donde blanquearlo sin tener que citarse en un mundano despacho de funcionario, que antes lo habría "empapelado" relamiéndose los colmillos del dinero y ahora les concede el perdón del verdugo en el minuto final.
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