lunes, 2 de abril de 2012

SEMANA DE COMPASIÓN

Ha comenzado la semana de pasión, aquella que marca el calendario como Semana Santa, Pascua, vacaciones, escapadas o descanso. Una semana que se convierte en un intervalo, un intermedio, el preludio que precede al verano. Unos escasos siete días que mitigarán la crisis y sus daños colaterales, llámense reforma laboral, recortes, manifestaciones, huelgas, quejas o indignación.
Una semana que se convertirá en un suspiro para aquellos que a golpe de firma condenan el futuro no laboral de los que tampoco lo tienen en el presente, donde los recortes se camuflarán entre los pronósticos del tiempo adecuado para tumbarse al sol o para que el Cristo del Gran Poder procesione. La merecida tregua después de decidir el estrangulado sueldo de los pobres penitentes o para olvidar una huelga, que para unos fue general y para otros una jornada normal. El reposo del guerrero, donde se sosegarán los cachorros de la ira que se disfrazan de grupos antisistema, jugando a cobrarse las deudas que la sociedad ha contraído con ellos, a base de quemar cafeterías y robar ropa de escaparates destrozados. 
Un semana que no de pasión, sino de compasión con los rutinarios que nos enfrentamos a todo esto y pedimos tregua. 
El Domingo de Resurrección que revivan de nuevo todos nuestros cadáveres. No es cuestión de olvidarlos. 


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