Fuimos emigrantes ignorantes del destino que nos esperaba, con el hambre marcada en las ojeras tan negras como el presente que nos envolvía en esa España aún sin proyectar.
Fuimos generaciones de aprendices, sin libros bajo el brazo y con un futuro determinado por el incipiente progreso, que se deslizaba discreto por nuestras vidas.
Fuimos la revolución en las aulas, el salto mortal hacia atrás, cuando nos dieron la oportunidad de entrar en ellas, en igualdad de oportunidades.
Fuimos estudiantes de carrera, licenciados con dominio de las mismas lenguas que nuestros antecesores tuvieron que aprender rápido y mal cuando necesitaron emigrar.
Pero también fuimos pésimos gestores, adoradores del ladrillo, ladrones de nuestro propio futuro, mentirosos por naturaleza ávida, creyentes de la religión del dinero.
Fuimos más necios que nunca al creernos superiores y poseedores de una realidad material que no existía, tan efímera y ajena a nosotros que con un solo "clic" ha desaparecido.
Esto es lo que fuimos, ahora solo nos queda por saber lo que ¿seremos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario