jueves, 24 de enero de 2013

MONÓLOGO INVERNAL

Yo soy la nieve. La prueba evidente del invierno. El frío materializado sobre las calles que andas y desandas. La que provoca que vayas con los hombros encogidos, bien por el viento helado, bien como signo del que ignora o necesita ignorar. Soy la que esconde el sol para evitar derretirme antes de tiempo y entorpeceros vuestras monótonas vidas con mi presencia. Os voy cubriendo mansamente, con la calma de la certeza de que nada podrá impedirlo. Convierto en hielo vuestros pasos y blanqueo el paisaje gris plomizo de vuestros horizontes. Y aún, vosotros, no os dais cuenta de cuál es mi propósito. Os concedo cada invierno la oportunidad de reescribiros sobre mi folio en blanco, detengo vuestros pasos para que andéis con más cuidado y oculto vuestros fallos bajo mi nívea capa. Pero os seguís empeñando en hacerme desaparecer y sobre mí solo quedan unas ennegrecidas y cotidianas huellas, que lentas e inseguras pasaron de largo. 

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