jueves, 15 de marzo de 2012

LA CALIDAD DE LA MUERTE

Aunque a todos se nos cierren los ojos de la misma manera cuando exhalemos el último y fatídico suspiro, no todas las muertes se valoran igual. Hay muertos de primera, muertos de segunda y muertos, sin más.
Estos últimos muertos no son siempre noticia de primera página, ni son causa de preocupación para los ocupados países que buscan soluciones económicas a los problemas que ellos mismos han generado, ni tan siquiera son motivo de debate ético o moral entre los que proclaman una política mundial. 
El valor informativo de una sola muerte en España será siempre noticia, simplemente por el grado de empatía que proporciona la cercanía; mientras que todos los cuerpos inertes que yacen día a día en Siria resultan muy lejanos para que mermen nuestras conciencias. 
Esto debe ser lo que le sucede a la comunidad internacional, que mira hacia otro lado mientras el pueblo sirio está siendo masacrado. Un pueblo que está dando una lección de valentía superior a cualquiera, cuando pese a la consciencia de la proximidad de la muerte, siguen tomando las calles para rebelarse contra el duro puño del asesino, aquel que se erige presidente. 
Presidente de aquellos, a los que en este preciso instante, en este mismo segundo, están torturando y asesinando, sin más. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario