lunes, 2 de julio de 2012

¿VICTORIA?

Hoy que el sentido patriótico alcanza cotas más altas que la prima de riesgo me planteo por qué ese sentimiento que mueve masas, arrasando calles, sublevando al más conformista y deseando el éxito en forma de victoria, no se mateariliza de igual manera para conseguir otros objetivos comunes, que aunque no se jueguen once contra once detrás de un balón, también son españoles y nos afectan más directamente.
Anoche los mismos que se conforman con los expolios de los banqueros, las mentiras de los políticos, aquellos que no exigen de forma real soluciones, quienes no se plantean insumisiones fiscales, los que no se manifiestan, los mismos que no alzan la voz y se resignan, y se callan, y agachan la cabeza, y no patalean, ni sacan la rabia española para evitar desahucios, aquellos que miran desde la cómoda retaguardia como otros salen a las calles reclamando derechos; esos, anoche, gritaban enfervorecidos: ¡Yo soy español!
Españoles, sí, pero ¿para qué cosas? ¿Sólo para las fáciles, las festivas, las que se trabajan otros y luego enarbolamos como nuestras? ¿Para eso somos españoles?

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